Cada uno a su ritmo, en familia o entre amigas. Unas guardamos los versos en el bolso, otros nos los pusimos en el pelo, en la solapa.Hubo quién los trajo de casa, quién los rescató del libro en que dormían, y hasta quién los recitó de viva voz. Gracias a todos por pasar la mañana con nosotras.


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