Hoy hace día de abrigarse bien y dar un paseo por el Campo Grande. Sentir cómo la vida renace bajo tierra, escuchar a los pájaros y observar los brotes recientes de los árboles. Un reducto de aire libre en el corazón de la ciudad.
Son muchos los fantasmas que pasean por sus calles. Dicen, cuentan, que según la sobra del árbol que elijas para descansar, se te acerca uno u otro a contarte historias.
Aun hace frío para sentarse a la sombra del ginkgo o del castaño, no se si hay cipreses en el Campo Grande. Mientras llega el buen tiempo, esperaremos en casa abrigadas por una buena lectura:
Puede que volvamos a Las ratas de nuestra infancia, releamos con inquietud Los santos inocentes, o volvamos a saborear la lengua con Cinco horas con Mario. Incluso podemos resarcirnos de nuestra pereza juvenil con El Hereje. Es domingo, hace frío y casi todo es posible. Ya habrá tiempo de buscar una buena sombra en el Campo Grande y de disfrutar de los nuevos fantasmas esta primavera.
domingo, 14 de marzo de 2010
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