lunes, 23 de agosto de 2010

Ramón Gómez de la Serna y el final del verano.

El verano da sus últimos coletazos, y aquí estamos nosotras de nuevo, tan frescas como la lectura de Ramón Gómez de la Serna, a la que volvemos y en la que nos recreamos siempre.

Y es que nada mejor que el estío para observar y observarse. Cada verano nos quedamos con ganas de retratar a los lectores que vemos en parques, bosques, playas y terrazas. Posturas aparentemente incómodas, poses envidiables, rostros impávidos y otros la mar de expresivos.
Además, una tiene ocasión de ensayar esas mismas posturas ya que hay tiempo de leer no solo en el autobús de camino al lugar de trabajo, y descubrir entonces que tal vez no sean tan incómodas como nos parecieron en otros.

Por eso al volver de las vacaciones soltamos las maletas y corremos a la biblioteca a rescatar uno de nuestros libros de Ramón Gómez de la Serna: Pequeños relatos ilustrados, editado por Ediciones de la Torre (lo malo de irse de vacaciones es que una no puede llevarse todos sus libros). Este volumen reune un conjunto de apetecibles escritos ilustrados por el propio Ramón, algunos de ellos germen de otras de sus obras. El que nos llama esta vez es el texto que cierra el libro: Posturas del lector. Comienza reflexionando, así como reflexionaba Ramón, acerca de la imposición de leer y las artimañas para dar esquinazo al hastío que producen algunas lecturas, sobre todo en el joven lector. Y desemboca en la curiosa descripción de algunas posturas que adoptamos para leer, aunque aparentemente incómodas, adecuadas a según qué clase de textos.

Como aun traemos arena entre los dedos de los pies, no podemos evitar hincarle el diente a otro de los escritos titulado Cosas de las playas. Afirma que las playas engañan al veraneante pero se las vuelve a buscar siempre, nos reconcilian con el espíritu nómada de la humanidad.

Y como ya no estamos leyendo en una playa sino en el sofá de la charca, tampoco nos resistimos a volver a ese capítulo dedicado a La última mosca, que se atreve a incordiar sin miedo porque sabe de la condescendencia que con ella se tiene.

Otras ediciones de Ramón Gómez de la Serna que os recomendamos:
Nuevas greguerías, ilustrado por Chema Madoz y editado por La Fábrica
101 greguerías ilustradas, con dibujos de César Fernández Arias, en Media Vaca.

En fin, se estaba muy bien en la playa pero sabe rico volver a casa tras las vacaciones y reencontrarse con los viejos amigos.