lunes, 28 de diciembre de 2009

Librera de cabecera.

La tarde en que te fuiste se apagaron todas las luces de aquella librería, aquella que soñaste y nunca pudiste pisar. Estás en todos los rincones, de aquella y de las que vinieron después.
Ahora sobrevolarás el Campo Grande en ala delta mientras los pavos te echan de menos en primavera; o surcarás una sabrosa sopa de libros a bordo de un barco de vapor, siguiendo a un viejo caracol con el cascarón hecho de cuentos. Te vigilará de cerca un atento periscopio y seguro que, por mar o por cielo, te acompañan alegres delfines.
Los niños de Valladolid nos quedamos en la orilla viendo cómo te marchas, pero te seguiremos visitando en la moqueta verde de nuestra memoria, donde nos recibirás en invierno para abrigarnos y en verano para darnos sombra con tus amorosas recomendaciones.
Bajo tu mirada de gran angular todos teníamos algo brillante y especial, nos lo sacabas para devolvernoslo en forma de libro.
Carmela, siempre estarás entre las páginas de nuestros libros favoritos.

Las ilustraciones son de Hebe Gardes.

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